Interpretaciones/ filtros:

 

Lo que vemos o las situaciones que se desarrollan ante nosotros, nunca son el problema sino nuestra interpretación de ellas. Siempre, nuestra interpretación viene del ego del pasado por lo tanto del personaje y sus experiencias, de nuestros juicios, que proyectamos sobre la situación. Seguramente ya has visto y comprendido que a menudo vemos lo que queremos ver, sobre todo bajo el golpe de emociones fuertes y que a veces despues, somos traídos de regreso a la realidad que no era lo que pensábamos al principio.

Dejémonos de interpretar a los demás y las situaciones que vienen a nosotros. Porque, a un nivel superior, siempre tienen una razón de ser y siempre es por nuestro bien superior incluso disfrazados de drama o mala suerte, nos dicen algo.

 

Identificación:

 

Identificados con nuestros "saberes", con nuestros traumas, con nuestra cultura, nuestros estudios, nuestras profesiones, o con lo que nos remiten los demás y la sociedad, con lo que se dice que es bueno o malo, con la espera de los demás, nuestra autenticidad se ha perdido en el bullicio mental de las historias, de experiencias, de juicios. Y note que incluso cuando no hay nada que pensar, la mente no sabe detenerse y llena el "vacío", con pensamientos o historias a menudo completamente delirantes. Como una fuente interior de pensamientos que nunca dejaría de brotar a toda costa. 

A veces tranquilamente en vacaciones, por ejemplo, el descanso total o hay nada que pensar, en un momento de felicidad mirarando simplemente la naturaleza, volvemos a la situación de mierd... con nuestro ex o en el trabajo.

Los egrégores, las formas-pensamiento a las que nos hemos conectado nos poseen y bombean nuestra energía, desviándonos de la verdad de nuestras experiencias.

La mente no quiere morir y se aferra. Detener el flujo de nuestros pensamientos no es algo fácil. Una mayor y sostenida atención/observación de nosotros mismos y de lo que sucede en nuestras cabezas es indispensable.

Christophe